Un artículo publicado en el periódico ABC el día 30 de agosto de 2009, alerta de las graves consecuencias a nivel mundial de la crisis económica actual: dejará entre 55 y 90 millones de pobres de solemnidad que se unirán a los 1.020 millones de hambrientos. Estas y otras cifras -frías- se han desvelado en el seminario “La lucha contra la pobreza en un mundo en crisis. Hay soluciones” organizado por Manos Unidas en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.
La presidenta de Manos Unidas denuncia que se “ha retrocedido en la consecución de los objetivos de desarrollo, dejando a los pobres una vez más entregados a su suerte”. Un hecho que, en su opinión, se debe a “los dramáticos acontecimientos del 11-S, primero, y el estallido de la crisis económica y financiera, después”.
¿Qué lleva a denunciar el incumplimiento de los objetivos del Milenio? “Entre las evidencias -señala Manos Unidas- destacan que nuestro modelo de desarrollo, basado en la exageración y en el derroche, ha fracasado; que los pobres son cada vez más pobres y que el abismo de las desigualdades es hoy mayor que ayer”.“ La pobreza debe ser combatida porque no es una fatalidad sino el fruto de nuestra conducta y relaciones egoístas e insolidarias, consumistas e irresponsables y de unas estructuras que las mantienen”. Para ello “urge cambiar el discurso para crear una nueva conciencia de la realidad”. Y es que “los países pobres no son pobres, son empobrecidos por agentes y mecanismos internos y externos, además de por causas naturales frente a las cuales los pueblos no tienen instrumentos de adaptación y defensa”.
El cambio climático es el nuevo elemento que incorpora a su mensaje Manos Unidas, que habla de “injusticia climática” y de que “el cambio climático está en marcha y constituye una de las mayores amenazas para las condiciones de vida, de salud, de trabajo y de alimento de todos, pero especialmente de los más empobrecidos”.
Así pues, ahí va un decálogo para cambiar:
1. Erradicar el hambre, antesala de la muerte.
2. Revalorizar la educación e invertir en ella.
3. Crear fuentes de empleo y de generación de rentas familiares.
4. Respetar los recursos naturales en los países en desarrollo.
5. Fortalecer el papel de los Estados.
6. Establecer prioridades para el destino de los recursos financieros.
7. Autocrítica de todos los que trabajan por el desarrollo.
8. Derecho de los países pobres a una mayor participación en la toma de decisiones en los organismos internacionales.
9. Fuerte reforma de las reglas del juego del sistema financiero y económico internacional.
10. Movilizar a la sociedad civil para exigir el cumplimiento de los Objetivos del Milenio
Algunas pinceladas para ir bocetando nuestra campaña 2010, o ¿nuestra conciencia 2010?
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