El día 2 de julio de 1955, la Unión Mundial de Organizaciones Femeninas Católicas hacía público un manifiesto en el que anunciaba su compromiso para poner su capacidad de movilización y sensibilización al servicio de una causa que no podía esperar: la lucha activa contra el hambre en el mundo. En España, las Mujeres de Acción Católica tomaron el testigo, propusieron un Día del Ayuno Voluntario, e hicieron un llamamiento para combatir tres tipos de hambre: de pan, de cultura y de Dios. Así nació la primera Campaña Contra el Hambre, que ahora cumple 50 años.
Nada mejor para conmemorarlo que leer hoy aquel manifiesto:
"Nosotras, mujeres de mundo entero, llamadas por la naturaleza a dar la vida, protegerla y alimentarla, no podemos aceptar por más tiempo que las fronteras del hambre se inscriban en nuestro globo con trazos de muerte.
Nada mejor para conmemorarlo que leer hoy aquel manifiesto:
"Nosotras, mujeres de mundo entero, llamadas por la naturaleza a dar la vida, protegerla y alimentarla, no podemos aceptar por más tiempo que las fronteras del hambre se inscriban en nuestro globo con trazos de muerte.
Mujeres católicas, llamadas por Jesucristo para dar testimonio de un amor universal y efectivo por la familia humana, no podemos resignarnos al hecho de que la mitad de loa humanidad sufra hambre.
No queremos que den soluciones perezosas y criminales a este trágico problema: la guerra, la limitación de la natalidad, son soluciones falsas, soluciones de muerte.
Sabemos y queremos que se sepa, que existen soluciones de vida, y que si la conciencia mundial reacciona, dentro de algunas generaciones las fronteras del hambre habrán desaparecido.
(…….)
A todos estos grandes medios de información pediremos que abran el espíritu de los hombres el camino hacia una economía de las necesidades, en lugar de la reinante economía de la pura ganancia.
(……)
Recordemos a los pueblos más favorecidos el deber que tienen de vivir más sobriamente.
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Un solo obstáculo en la lucha contra el hambre sería insuperable: creer la victoria imposible.
Ahora bien, todas unidas y en conexión con todos aquellos que se consagran a la misma tarea, podemos mucho más de lo que creemos. No se necesita más que acometer la empresa.
Declaramos la guerra al hambre."
Cincuenta años después, estas intenciones siguen estando vigentes, la situación del mapa del hambre en el mundo no sólo no ha mejorado, sino que incluso ha empeorado y la esperanza de que cambie sólo depende de nosotros. Los grandes gobiernos y las instituciones no han podido en un lustro de historia erradicarla, combatir el hambre sigue siendo proyecto de todos.
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